Sabemos que la epidemia de Coronavirus (COVID-19) nos va a traer importantes consecuencias en muchos ámbitos, no solo de salud, está la economía, la educación, el cuidado de mayores y niños, entre otros. Todo ello produce mucha incertidumbre y desasosiego, llegando a desencadenarse, en las personas más vulnerables o con circunstancias más adversas, diversos síntomas psicológicos como son: depresión, ansiedad, estrés postraumático (evitación, intrusiones, preocupación e hiperactivación).
Aunque todavía estamos al comienzo de una dura etapa y nos esperan momentos difíciles, tenemos que ser fuertes y solidarios, actuando con responsabilidad personal y social, con confianza en que vamos a superar todos juntos esta epidemia, para ello es necesario que cada persona ponga su granito de arena. Hay ciertos aspectos, muchos de ellos de sentido común, que pueden ayudar a manejarnos mejor estos días:
- Procurar no prestar atención a bulos y alarmismos que sólo producen inquietud y malestar.
- Seguir con esmero las indicaciones de las autoridades tanto sanitarias, como de orden público, ej. salir de casa sólo para lo estrictamente necesario, acudir al supermercado de uno en uno comprando lo necesario y no la familia al completo, maximizar la higiene.
- Si hay que quedarse en casa con los niños se puede aprovechar para disfrutar de juegos compartidos, aprender cosas nuevas, leer en familia o cocinar juntos.
- A la vez puede ser un buen momento para realizar tareas pendientes en la casa, como recoger armarios o el trastero.
- Acudir a los Servicios Sanitarios solamente si es imprescindible, dejando así lugar para quien de verdad lo necesita, a la vez que colaborando con los profesionales tan saturados en estos momentos.
Ya desde China están llegando los primeros estudios que nos pueden ayudar en la crisis que ahora se está invadiendo por el resto del mundo, especialmente Europa, siendo concretamente España uno de los países con más casos en estos momentos. Parece que el impacto psicológico es menor, y también los síntomas de estrés, ansiedad y depresión cuando las personas tenían información actualizada y precisa sobre la salud (como por ej. tratamiento, la situación local del brote) y medidas específicas de precaución (como por ej. la higiene de las manos, llevar mascarilla). Todo ello se está realizando en nuestro país.
La profunda y amplia variedad de impactos psicosociales en las personas a nivel individual, de comunidad, sociedad y a nivel internacional plantea la necesidad de estrategias e intervenciones psicológicas para reducir los impactos psicológicos adversos y los síntomas psiquiátricos durante esta epidemia y en los grupos con salud mental más vulnerable. Por todo ello, y debido que en nuestra Comunidad se desaconseja desde la Xunta, Sanidad y el Colegio Profesional realizar terapia presencial con el fin de evitar contagios, estamos manejando la posibilidad de realizar terapia por otras vías siempre con las debidas garantías legales: online, telefónica o por correo electrónico.
Una actitud positiva, el sentido del humor, puede ayudar mucho a llevar estas circunstancias ya bastante incómodas, frustrantes y malhumorantes. No nos dejemos llevar por la adversidad y saquemos la mejor versión del ser humano: solidaridad, responsabilidad, resiliencia, altruismo, confianza, fe.
MARIA PILAR FUENTE. PSICÓLOGA
NRS: C-15-003650 y C-15-003566