El impacto emocional tan brutal que está produciendo la pandemia producida por el coronavirus no deja títere sin cabeza. El personal sanitario como son médicos, enfermer@s, auxiliares, celadores, personal de limpieza, en fin, la lista podría ser interminable, están sintiéndose colapsados en estos momentos donde dan todo de sí, acabando exhaustos y poniendo su vida en peligro diariamente, y es que están en primera línea del frente de batalla contra el COVID-19.
La situación genera demasiada tensión por la premura de las actuaciones, las decisiones vitales y rápidas, el agotamiento de materiales, la coordinación entre equipos muy variados y dispares, la eventualidad de los protocolos, los cambios constantes en las directrices que varían a cada momento debido a la necesidad del momento.
Todo ello llega a desgastar en corto espacio de tiempo porque es demasiada demanda continuada para los recursos personales disponibles para cualquier ser humano. Además la acumulación de pacientes y el trabajo contra reloj, la pérdida de muchos de ellos, los horarios de trabajo interminables, el caos reinante debido la imprevisibilidad de los escenarios, hace que el sistema nervioso se vea afectado. De persistir esta situación durante algún tiempo aparecería el trauma psicológico: el sistema nervioso se colapsa y comienzan a aparecer síntomas de diversa índole: enfermedades psicosomáticas, ansiedad, ira, alteraciones de los ritmos vitales como pueden ser la comida o el sueño y afectación de las relaciones personales. Esto sucede en las personas más sanas emocionalmente, si además se sufre algún estado de malestar previo, pueden aparecer patologías más graves: adicciones varias como alcoholismo, drogadicción, juego compulsivo, violencia verbal o o física, o pérdida de conciencia de la realidad en el peor de los casos.
Para prevenir que todo esto llegue a suceder es necesario hacer prevención secundaria, o sea, actuar inmediatamente que se está sufriendo la vivencia dolorosa con el fin de que no queden secuelas y que se pueda seguir funcionando en el día a día tanto a nivel personal como laboral. Los sanitarios lo saben. Desde los diversos Colegios Profesionales de Psicología de toda España se están poniendo en marcha protocolos de actuación para atender el estrés agudo que están sufriendo estos profesionales
Entre todos, como sociedad, y poniendo cada uno nuestro granito de arena, podremos salir de la crisis del COVID-19. Ánimo y fuerza.
MARÍA PILAR FUENTE. PSICÓLOGA GENERAL SANITARIA
REGISTROS SANITARIOS C-15-003650 y C-15-003566