El COVID-19 sigue entre nosotros causando estragos. Estamos ante una nueva oleada masiva de contagios, por lo tanto nuestra salud está en juego, motivo por el que es fundamental usar la prudencia, el sentido común y cumplir las indicaciones de las autoridades en la media de lo posible. Es nuestra responsabilidad, cuidándonos cada uno también cuidamos a las demás personas. Es muy serio lo que está sucediendo.
Diferentes estudios científicos están empezando a quitar conclusiones y resultados de padecer la infección por COVID-19 a cualquier edad. En el estudio realizado por Varatharaj, Thomas, Ellul, Davies, Pollak,... & Coles, J. P. (2020). UK-wide surveillance of neurological and neuropsychiatric complications of COVID-19: The first 153 patients.- Fuente: INFOCOP, se han obtenido los siguientes resultados:
La COVID-19 puede producir infarto cerebral y síntomas parecidos a psicosis y demencia, entre otros. Así lo ha puesto en evidencia un estudio preliminar publicado recientemente en la revista Lancet Psychiatry. Se trata del primer estudio publicado hasta la fecha sobre las secuelas neurológicas y en salud mental asociadas específicamente a la COVID-19, que incluye una importante muestra de pacientes repartidos en todo el territorio de Reino Unido.
La complicación neurológica más frecuente fue el ictus; la mayoría correspondió a pacientes mayores de 60 años, siendo la causa más común el accidente cerebrovascular isquémico, es decir, la formación de coágulos de sangre en el cerebro, si bien también se registraron casos de hemorragias intracerebrales y vasculitis.
El estado mental alterado, reflejado a través de signos de confusión o cambios en el comportamiento, también fue una secuela común. Un amplio porcentaje de la muestra cumplieron criterios diagnósticos para un trastorno psiquiátrico, -en concreto, trastorno psicótico, trastorno neurocognitivo similar a la demencia y otros cuadros diagnósticos como trastornos del estado de ánimo-, encefalopatía no especificada y encefalitis. La mayoría eran jóvenes (menores de 60 años) y tan sólo un porcentaje residual tenían una historia previa de problemas de salud mental.
En este estudio, se observa un número desproporcionado de presentaciones neuropsiquiátricas en pacientes más jóvenes y un predominio de complicaciones cerebrovasculares en pacientes mayores.
No hace falta ser un experto en la materia para comprender que las consecuencias que se están observando en pacientes después de haber sufrido el COVID-19 son muy serias y permanentes. No sólo se trata de salir de la infección más o menos bien parado, sino de las secuelas que puede dejar en nuestro cuerpo y mente.
No se trata de vivir aterrorizados por lo que pueda pasar, sino de ser consecuentes, ser cautos y prudentes, ya que el precio a pagar puede ser demasiado alto. Nos interesa seguir disfrutando de la vida con sencillez, no es momento de viajes, grandes fiestas o reuniones; sino de recogimiento, salir a tomar el aire, aprovechar para realizar tareas que siempre van quedando pendientes. También utilizar las nuevas tecnologías para seguir comunicados con nuestros seres queridos, que haya que restringir los movimientos no es sinónimo de aislamiento.
Libertad con responsabilidad=Salud. En nuestras manos está.
MARIA PILAR FUENTE
PSICÓLOGA PRESENCIAL Y ONLINE
REG SANITARIO C-15-03566 y C-15-003650