Este año que comienza se presenta con esperanza renovada; si bien todos los años comienzan cargados de expectativas e ilusiones, éste especialmente. Sabemos que todavía tenemos para largo con el Coronavirus, que tenemos que seguir siendo cautos y prudentes, aunque el comienzo de la vacunación masiva nos brinda otro paisaje que hasta ahora no alcanzábamos a ver. Al ser el año 2020 un año extremedamente difícil y complicado, sobre todo por la salud pero también económica y socialmente, cualquier pequeña mejoría se agradece, se pueden valorar pequeños avances que en otros momentos de bonanza nos pasarían desapercibidos.
La vida sigue, como cada año, se incrementan precios, también algunos bajan; es el día a día, la cotidianeidad, esa que tanto echamos de menos en los últimos tiempos. Actualmente nos podemos sentir afortunados, aunque no nos haya tocado la lotería, si seguimos conservando la salud, el empleo, ir manejando nuestra vida aunque sea con dificultades, con restricciones sociales, sin poder abrazar a nuestros seres queridos. Dar y recibir afecto este año de entrada sigue resultando complejo, ahí sí podemos hacer un buen uso de las nuevas tecnologías ¿qué sería de nosotros sin ellas?, podemos escucharnos, tal vez vernos las caras, una grabación… cualquier cosa que nos mantenga conectados, y es que somos seres sociales.
¿Cómo podemos plantearnos este 2021? Desde luego es un comienzo de año atípico, uno no sabe si plantearse los objetivos que otros años casi eran rutinarios, o si mejor no plantearse nada. Entre un extremo y otro hay un término medio; tal vez podamos plantearnos pequeñas metas alcanzables a corto plazo, ya que no sabemos a largo plazo que condiciones de vida vamos a tener, debido a los cambios constantes que se están produciendo en cuanto a restricciones, recomendaciones, cierres perimetrales, etc. Ej. Si no podemos planear hacer un viaje a la nieve, podemos planear pasar un fin de semana haciendo senderismo por nuestra población; o si no podemos hacer una celebración con la familia extensa, podemos aprovechar para hacer cualquier nueva actividad en casa o tal vez visitar un lugar muy cercano a casa al que nunca hayamos acudido. Así como el año nuevo se presenta original nosotros debemos hacer lo mismo, se trata de adaptarnos a las circunstancias, buscar lo bueno de lo malo, ser creativos, flexibles, imaginativos, y siempre tener esperanza, fe en que todo va a mejorar, y agradecimiento por lo que tenemos en este momento presente, valorándolo y disfrutándolo.
Como dice el refrán, “No hay mal que por bien no venga”. Cuando estamos dispuestos a aprender las lecciones que la vida nos presenta, podemos salir reforzados y enriquecidos como personas. Podemos valorar nuestros recursos, ganar confianza en nosotros mismos, tener una visión más amplia del mundo, aprender a disfrutar de pequeñas cosas que antes pasaban inadvertidas a nuestros ojos, sentir el afecto de las personas que sí están y ver quienes parecía pero en realidad no estaban, disfrutar de los paisajes cercanos; en fin de un sinfín de cosas que sí están disponibles para nosotros, con Covid19 o sin él.
Sólo de uno mismo depende vivir plenamente o encerrado en sí mismo con sus miedos. Es verdad que no corren tiempos fáciles, que el miedo es nuestro compañero de viaje, y sobre todo en circunstancias excepcionales como la pandemia que estamos atravesando. Pero la vida sigue, ¡vivámosla!. De todas formas, si por ti mismo no puedes salir del malestar en que te encuentras, si no ves futuro, si el miedo te paraliza, si te cuesta seguir con tu vida, si no puedes plantearte nuevos objetivos y te encuentras paralizado y triste, es hora de contactar con un profesional cualificado, colegiado y que cuente con registro sanitario, que te pueda asesorar y ayudarte a potenciar tus propios recursos y así poder salir fortalecido y con nuevas ilusiones.
Mª PILAR FUENTE.- TERAPEUTA FAMILIAR SISTÉMICA. CLÍNICO EMDR.
PSICÓLOGA PRESENCIAL Y ONLINE
REG SANITARIO C-15-03566 y C-15-003650