El Día Internacional de la Mujer originalmente denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, conmemora la lucha de la mujer por su participación dentro de la sociedad, en pie de emancipación de la mujer y en su desarrollo íntegro como persona. Se conmemora el 8 de marzo y es fiesta nacional en algunos países. Fue institucionalizado por las Naciones Unidas en 1975 con el nombre de Día Internacional de la Mujer.
Con el transcurso de los años, esta conmemoración ha ido ganando posiciones en la sociedad, en pleno siglo XXI a nadie le cabe duda de que la mujer es un ser humano, distinta al hombre en su biología pero igual en derechos, ya que sin hombres y mujeres la sociedad y la evolución de la especie no sería posible. No es fácil ir cambiando la cultura machista, arraigada desde tiempos inmemoriales, épocas en que las mujeres eran consideradas ciudadanas de segunda en todas las facetas de la vida: política, arte, cultura… A estas alturas es bien conocido como a través de los siglos importantes mujeres que destacaban en diversos ámbitos, o por su situación de nacimiento, fueron silenciadas y ninguneadas hasta el extremo de haber pasado casi inadvertidas, o con datos falsos, para la posteridad. Tal es el caso de Juana –llamada la loca-, cuando, como su madre la reina Isabel la Católica sufrió del mismo mal, los celos, con las infidelidades de su marido Fernando el Católico, simplemente estaba enojada y desesperada porque su marido nunca la respetó ni tuvo en cuenta para nada; finalmente su padre la despojó del reino que le correspondía a la muerte de su madre encerrándola hasta su muerte muchos años después.
Hoy en día las mujeres reclamamos que siguen dándose situación de abuso en todos los ámbitos de la sociedad, como la familia, el trabajo, las relaciones de pareja, o la educación, en fin, en una diversidad enorme de situaciones y contextos. Pero cada vez las voces se alzan en mayor número. Para que una sociedad avance, madure, prospere, es necesario valorar en igualdad a todos sus miembros, sólo así podremos construir una sociedad justa y equitativa. Todos somos diferentes en esencia pero iguales en derechos y libertades. Aquí reside la riqueza de la sociedad, en lo humano, en los valores, en el respeto al prójimo, sea de la identidad que sea. Somos padres y madres de nuestros hijos e hijas, ¿Qué les queremos enseñar, queremos volver para atrás o avanzar hacia delante, qué mundo queremos dejarle? Finalmente podemos escoger ofrecer y sentir amor o egoísmo, así de simple, es una elección personal, por lo tanto en nuestras manos está.
Este año sabemos que nos acompaña el COVID-19, no como el año anterior que a estas alturas todavía no teníamos toda la información al respecto. Por tanto, nos toca ser prudentes, cuidarnos, y dejar las concentraciones masivas para otros momentos en que gocemos de mejor salud poblacional. Podemos mostrar y defender nuestros valores a través de medios diversos, como redes sociales, ropa, abalorios, carteles, información pública o muestras de diversa índole, pero priorizando ahora mismo el no contagio. No hay nada más importante que la salud, a partir de ahí podemos hacer otras cosas, es fundamental y la base para cualquier proyecto vital.
También nos interesa atender especialmente la salud emocional, ya que corren tiempos convulsos, vivimos una situación terrible de pandemia por Covid19 y los reajustes diarios forman parte de nuestra vida, no sabemos qué pasará mañana, qué podremos hacer para el mes que viene, si seguiremos teniendo empleo o como les afectará a nuestros mayores y niños. Actualmente nos manejamos con un nivel muy alto de incertidumbre, lo cual genera estrés y a partir de aquí pueden activarse diversos síntomas, que de persistir es preciso atender cuanto antes.
Mª PILAR FUENTE.- TERAPEUTA FAMILIAR SISTÉMICA.
ESPECIALISTA EN TRAUMA. CLÍNICO EMDR.
PSICÓLOGA PRESENCIAL Y ONLINE
REG SANITARIO C-15-03566 y C-15-003650