Muchas veces identificamos esta denominación con asesinatos de mujeres a manos de sus parejas, parece que las noticias trágicas que a veces nos llegan identifican claramente la punta del iceberg de lo que es una cuestión más estructural en nuestra sociedad. Noticias como la que estos días nos está conmocionando, como un padre para hacer daño a la que fue su pareja, asesina a sus hijas, pueden resultarnos increíbles, intolerables, inconcebibles. Pero hay un fondo donde se gesta esta violencia de género, que no sólo son asesinatos, sino malos tratos continuados tanto físicos como emocionales hacia la mujer, pudiendo ser pareja, hija, hermana, tía, prima, compañera de trabajo, vecina…. Es cualquier tipo de violencia que se perpetra hacia la mujer en cualquier ámbito.
Nuestra sociedad está fuertemente influida por el machismo ancestral invadiendo nuestras vidas en el día a día. Es importante que reaccionemos a todos estos comportamientos machistas desde todos los ámbitos, porque a fin de cuentas es cuestión de todos, hombres y mujeres. Los hombres son hijos, padres, hermanos, parejas... cuando una persona hace daño a otra en realidad es porque es una persona dañada por la misma cultura machista, las personas más sanas son las que mejor se tratan a sí mismas y a los demás, sean del sexo que sean, no abusan de seres creyendo que pueden dominar, poseer, controlar o avasallar. Realmente quien necesita hacer todas estas prácticas para darse un lugar anda buscando a la fuerza ese lugar que siente no merece, no encuentra, o que tiene más derecho que nadie; es un problema personal, por lo tanto la cuestión es solucionar las propias carencias y trabajar en el desarrollo personal que lleva a una vida plena y satisfactoria, donde un@ se siente plen@, satisfech@ y por lo tanto no necesita abusar de nadie.
Todo comienza en las familias, el primer mundo que conocemos antes de salir al mundo externo y hacia la sociedad más amplia. Lo que aprendemos en casa lo vamos replicando en otros ámbitos a lo largo de nuestra vida. Si hemos visto abusos hacia el sexo femenino en forma de dominación, deprivación, violencia doméstica, económica, física, emocional, sexual, o de cualquier otro ámbito, eso será lo que repliquemos en nuestra vida, tanto desde la posición de victimas como desde la de perpetradores. Y así se cierra el círculo, generación tras generación seguirnos replicando patrones machistas disfuncionales que llevan al sufrimiento de todas las personas implicadas, sean hombres o mujeres.
Con los comportamientos machistas todos perdemos, algunas personas se preguntarán qué pierden los que tratan de otorgarse todos los derechos sin respeto alguno por las otras personas. Pues muchas cosas, el afecto, la intimidad emocional, la comunicación, formar parte de una familia funcional, estructurada y donde todos los miembros dan y reciben apoyo, proyección de futuro, esperanza para las nuevas generaciones, hábitos saludables, paz, satisfacción personal, equilibrio emocional, bienestar, salud, confianza en uno mismo y el mundo… En fin, los abusadores pierden muchas cosas que posiblemente no conozcan porque no las experimentaron en su desarrollo, lo cual no es una justificación para comportamientos inadecuados y ciertamente delictivos en muchas ocasiones. El egoísmo nunca conduce a la satisfacción.
Pero está la parte positiva, ¿Por qué quedarse en la pobreza espiritual si se puede vivir en la abundancia? ¿Qué queremos atraer a nuestras vidas? Se puede cambiar, una persona puede vivir productivamente, disfrutar haciendo el bien porque es uno de los mayores placeres, ganar salud física y emocional, dejar adicciones, mejorar las relaciones en cualquier ámbito, disfrutar del momento, vivir plenamente, dejar atrás los miedos que conducen a la necesidad de dominación, ganar autoestima, autocuidado, apreciarse a uno mismo primero para poder apreciar a otros seres humanos iguales, como son las mujeres. Poniendo cada uno nuestro granito de arena nos conducimos hacia una sociedad más saludable y equilibrada, más madura.
MARIA PILAR FUENTE
PSICÓLOGA COLEGIADA. TERAPEUTA FAMILIAR. CLÍNICO EMDR
ESPECIALISTA EN TRAUMA Y APEGO. TERAPIA PRESENCIAL Y ONLINE.
REGISTRO SANITARIO C-15-003566 y C-15-003650