El trastorno de personalidad narcisista aparece bien definido en los manuales de Psicopatología: un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía por los demás. Sin embargo, detrás de esta máscara de seguridad extrema, hay una autoestima frágil que es vulnerable a la crítica más leve.
Un trastorno de personalidad narcisista causa problemas en muchas áreas de la vida, como en las relaciones, el trabajo, la escuela o los asuntos económicos. En general, es posible que las personas con trastorno de la personalidad narcisista se sientan infelices y decepcionadas cuando no reciben los favores especiales ni la admiración que creen merecer. Es posible que no se sientan satisfechos con sus relaciones y que otras personas no disfruten de su compañía.
Cuando forman parte de la vida de una persona, como pueden ser familiares, parejas, jefes, con frecuencia se vuelve muy difícil la relación diaria, no es posible tener una comunicación directa y honesta, ya que ellos están en su ego y no son capaces de conectar, de poner los pies en la tierra y comunicarse de tú a tú con otro ser humano. Aparece la frustración, el malestar, la desmotivación, pero el narcisista no reconoce su parte, no puede verse de frente, ya que siempre mira desde la superioridad que se otorga para camuflar su baja autoestima proveniente de su infancia. Por ello, no es frecuente que acudan a terapia, en tal caso, suelen hacerlo motivados por la presión de personas cercanas que les dicen que no pueden seguir así, o bien, cuando caen en estados depresivos al no ver realizados sus sueños de grandeza. La mejoría viene de un completo trabajo psicoterapéutico donde se repare el apego, se reprocese el trauma del desarrollo, además de aprender conductas e interacciones más saludables con otras personas.
Quienes sufren más en la relación con el narcisista no son ellos, sino la pareja, el familiar, el compañero, las personas de su entorno. Es necesario protegerse para no caer en patologías como depresión, trastornos de ansiedad o psicosomáticos, entre otros. Es necesario poner límites sanos, asumir la propia responsabilidad en la relación y dejar a la otra persona que asuma la parte que le corresponde, en esta premisa se basan las relaciones equilibradas.
Mª PILAR FUENTE
TERAPEUTA FAMILIAR SISTÉMICA. CLÍNICO EMDR
ESPECIALISTA EN TRAUMA Y APEGO. TERAPIA PRESENCIAL Y ONLINE.
PSICÓLOGA COLEGIADA. REGISTRO SANITARIO C-15-003566 y C-15-003650