Cuando decidimos acudir a psicoterapia es porque hemos detectado alguna dificultad que nos daña o no nos permite relacionarnos de manera sana. El proceso terapéutico nos lleva a trabajar y transformar estas dificultades, pero para ello a veces es necesario abrir temas dolorosos, cuestionarnos a nosotros mismos y trabajar emociones que no son fáciles de transitar.
Por esta razón, junto a la voluntad de evolucionar también se despierta una emoción defensiva, el miedo: a tocar temas dolorosos, a no conseguirlo, a «desmontarnos», al cambio… y este miedo, muchas veces oculto, hace que a veces nos resistamos a descubrir otra forma de vivir y de vivirnos.
En nuestro interior, por lo tanto, hay dos partes enfrentadas: una que desea el cambio y se esfuerza por avanzar, y la otra que se resiste y pone impedimentos para evitar nuestro progreso. Las resistencias son la expresión de esta segunda parte, son los obstáculos y mecanismos que inconscientemente creamos para boicotear nuestro propio avance. Nuestro ego, formado por nuestras conductas, creencias y reacciones menos sanas, está luchando por sobrevivir, por que las cosas sigan como hasta ahora.
A veces el miedo al cambio es tan grande, que inconscientemente no queremos cambiar. Otras veces la conducta defensiva nos aporta demasiados «beneficios» como para dejarla ir…
Algunas resistencias se ponen de manifiesto de manera sutil (rechazando trabajos propuestos por el terapeuta, trivializando, evitando entrar en emociones o temas determinados, etc) y otras de forma más evidente y clara, pero todas con una misma finalidad: la evitación de algo que es percibido como peligroso, invasivo o doloroso. Por lo tanto aparece la defensa ante el cambio, lo que resulta difícil admitir, lo que le debilita y a veces también del/la terapeuta, quien le confronta y muestra su verdadero aspecto. Siempre, por supuesto, hay que poner límites y no permitir conductas agresivas que no harían bien a ninguna de las partes. VIOLENCIA 0.
Las resistencias también toman la forma de justificaciones tanto para evitar empezar una terapia como para abandonar la ya iniciada. Algunas de las más frecuentes:
“No me hace falta.” “ No tengo tiempo”. «El terapeuta no es el adecuado», así puedo justificar mi incapacidad de comprometerme o de enfrentarme conmigo mismo. “Llegar tarde o no acudir a la sesión”. «No me está sirviendo» Todo cambio importante requiere un proceso, pero algunos pretenden modificar conductas de toda una vida en unos pocos meses. Si el proceso se abandona antes de finalizar, quedarán elementos pendientes de trabajar y cerrar. La creencia de que no está sirviendo o de que es demasiado lenta, puede ser una resistencia creada por la impaciencia, el miedo o unas expectativas irreales. «Ya estoy bien» Muchas veces, cuando el síntoma que nos lleva a terapia mejora, creemos que el proceso ha terminado y que no tiene sentido continuar el trabajo. Una persona es un todo, por lo que una terapia seria es un proceso que abarca otras cosas además de los síntomas que han mejorado y que no se completa hasta que no se revisan, trabajan e integran una serie de elementos importantes como pueden ser creencias, emociones, relaciones personales, padres, experiencias vitales, etc…
No obstante, no hay que pensar que estos mecanismos bloquean por completo el proceso, sino que a pesar de ellos el trabajo terapéutico da sus frutos. Los y las terapeutas respetamos y trabajamos con las resistencias de nuestros clientes como reacciones defensivas que son. Al detectarlas, las mostramos en el momento adecuado para ayudar en la toma de conciencia de dichos autoboicots, también poniendo límites saludables, comprender no significa tolerar cualquier comportamiento. Las resistencias, por lo tanto, son la expresión de los mecanismos defensivos que mantenemos en la vida y a pesar de su intención boicoteadora, si se encauzan correctamente se convierten en grandes aliadas que nos abren nuevas oportunidades en nuestro crecimiento. Fuente: PICOPEDIA.ORG
Mª PILAR FUENTE
TERAPEUTA FAMILIAR SISTÉMICA. CLÍNICO EMDR
ESPECIALISTA EN TRAUMA Y APEGO. TERAPIA PRESENCIAL Y ONLINE.,
PSICÓLOGA COLEGIADA. REGISTRO SANITARIO C-15-003566 y C-15-003650