Es bien sabido la cantidad de horas que pasamos en el entorno laboral y como influyen directamente en nuestra calidad de vida, desde horarios, traslados, turnos, jefes, compañeros o contínuos aprendizajes o nuevos contratos. Además, en ocasiones pueden surgir conflictos mayores y muy nocivos para la salud, para lo cual es importante contar con un buen equilibrio personal, estabilidad emocional, habilidades sociales y manejo de recursos. Todo ellos se puede trabajar, superar obstáculos y salir fortalecido como persona, lo que se conoce como resiliencia.
A continuación se adjuntan datos sobre un reciente estudio realizado por la Universidad de Murcia.
El acoso psicológico en el trabajo es un grave problema que puede estar presente en cualquier organización. Se ha estimado que alrededor del 15% de la población ocupada en Europa ha estado expuesta a situaciones de acoso psicológico en su puesto de trabajo. Siguiendo las teorías sobre el estrés, el acoso laboral es considerado un importante estresor psicosocial que afecta perjudicialmente a la salud de los trabajadores, y además, daña la productividad y calidad de las empresas.
El núcleo principal del acoso psicológico es la percepción de una persona (supuesta víctima) de comportamientos hostiles explícitos realizados por otra (supuesto agresor) en el ámbito laboral, siempre de forma sistemática y duradera; cuyo fin es dañar la salud de la víctima o forzar que abandone el puesto de trabajo o la organización. Otra característica fundamental es una clara diferencia de poder a favor del agresor, que dificulta que el trabajador acosado pueda defenderse.
Siguiendo los modelos de estrés laboral, el acoso psicológico en el trabajo, es considerado un importante estresor psicosocial que afecta a la salud de los trabajadores, y, además, daña la productividad y calidad de las empresas. Siguiendo la teoría de Hobfoll de Conservación de Recursos, ante una situación como es el acoso, los trabajadores ponen en marcha ciertos recursos personales que les ayudan a tener una mayor percepción de control e influencia de su entorno laboral. Uno de esos recursos podría ser la resiliencia o adaptación positiva ante situaciones de riesgo y adversidad, que puede permitir a las personas manejar mejor las situaciones estresantes y frenar procesos de enfermedad relacionados con el estrés.
A partir de estas premisas, el estudio se ha centrado en analizar cómo funciona la resiliencia de los trabajadores en situaciones de acoso psicológico en el trabajo, y cómo se relaciona con su salud. La investigación se llevó a cabo sobre una muestra de 762 trabajadores pertenecientes a empresas de distintos sectores socioeconómicos y ocupaciones de la Región de Murcia. Los cuestionarios fueron entregados personalmente a los trabajadores. Se pidió expresamente a la dirección de las distintas empresas su colaboración y en todo momento estuvieron informadas del proceso; además, se garantizó la confidencialidad y el anonimato, y se cumplió con los estándares éticos. Los cuestionarios administrados a los trabajadores estaban compuestos por diferentes escalas adaptadas al español: el acoso laboral se evaluó mediante la escala NAQ (Negative Acts Questionnaire), la resiliencia fue estimada mediante la escala CD-RISC (Connor-Davidson Resilience Scale) y para la salud, se utilizó el GHQ-12 (General Health Questionnaire).
Respecto a los resultados encontrados destaca que la resiliencia tiene un papel de mediación parcial en la relación entre el acoso laboral y la percepción de salud; es decir, que ante una situación de acoso psicológico en el trabajo, la resiliencia es capaz de amortiguar los efectos negativos de éste sobre la salud de los trabajadores.
Este dato también se podría explicar, según el modelo de equilibrio bio-psico-espiritual; así, la percepción de acoso laboral interrumpiría el equilibrio bio-psico-espiritual y reduciría los recursos personales de manera que aquellos trabajadores con niveles más bajos de resiliencia disminuirían aún más su capacidad de respuesta lo que afectaría negativamente su salud, mientras que los que puntúan más alto, aunque también mermase su capacidad de afrontamiento, se adaptarían mejor y, por tanto, reducirían su estado de malestar.
En cuanto a las implicaciones prácticas del estudio, con frecuencia se ha puesto de manifiesto que una formación insuficiente y la falta de recursos de los trabajadores para las relaciones interpersonales pueden contribuir a un aumento en el nivel acoso psicológico en el trabajo. Por lo tanto, sería conveniente promover el desarrollo de prácticas que mejoren las capacidades de los trabajadores para poder enfrentarse y protegerse de las situaciones nocivas que el trabajo comporta. En este sentido, se podrían proponer programas de formación para aumentar el nivel de resiliencia de los empleados. Lo anterior no debe hacer olvidar que las intervenciones organizativas basadas en políticas dirigidas a la lucha contra el acoso laboral deben considerase prioritarias, pues inciden en el diseño de un entorno de trabajo saludable.
A modo de conclusión general, se ha insistido en la consideración del acoso laboral como un problema muy difícil de resolver y con penosas consecuencias para la salud de quienes lo padecen. De acuerdo con los resultados hallados en esta investigación, las personas resilientes se adaptarían mejor a este estresor psicosocial y tendrían una mayor percepción de salud.
El artículo completo puede encontrarse en la revista Journal of Work and Organizational Psychology: Meseguer-de-Pedro, M., García-Izquierdo, M., Fernández-Valera, M. M., & Soler-Sánchez, M. I. (2019). The role of Resilience between Workplace Bullying and Health: A Mediational Analysis. Journal of Work and Organizational Psychology, 35(3), 177-182.
MARIA PILAR FUENTE
PSICÓLOGA