El ego comienza a crecer a medida que el niño crece, la vida se ha convertido sólo en una lucha por la supervivencia. En cuanto el ego se hace más fuerte comienza a rodear la mente de una especie de oscuridad. Inteligencia es luz, ego es oscuridad. El ego es como una roca, te convierte en alguien cerrado, impenetrable, pero la mente necesita fluir constantemente, expandirse, busca la claridad. El ego corrompe al ser humano, lo convierte en una máquina ambiciosa, insaciable, le encanta todo lo que depara separación y exclusividad.
La autoestima y el ego son dos caras de la misma moneda. Hay personas que parece que tienen una gran autoestima cuando lo que tienen es un gran egocentrismo y baja autoestima, confunden la autoestima con el ego, o sea, dan una imagen distinta a lo que hay interiormente. Tienen una gran inseguridad y tratan de compensarla presumiendo de hazañas y logros, y cuando las cosas salen mal, tratan de buscar justificaciones externas y así eludir su responsabilidad, ya que suelen pensar que vulnerabilidad es lo mismo que debilidad, y se olvidan que todas las personas cometen errores y se equivocan, lo cual no debería ser motivo para sentirse mal.
Cuando una persona está instalada en su ego siempre se cree poseedora de la razón, no escucha, y defiende siempre su opinión en cualquier circunstancia. Tendemos a esconder nuestros miedos e inseguridades y construimos una máscara que está muy alejada de lo que realmente somos. Alimentar el ego de forma sana requiere reconocer nuestros defectos, nuestros miedos ante nosotros mismos y ante otras personas, aunque nos sintamos vulnerables. Debemos recordar que mostrarnos como somos requiere valentía. Y eso equivale a tener un buen crecimiento personal.
Una persona con alta autoestima no habla tanto de sí misma ni de sus logros, sino que sabe escuchar y se alegra de los logros de los demás. No somos mejores ni peores que los demás, sino diferentes. Reconocer que no somos perfectos es el primer paso para lograr una sana autoestima, ya que estaremos dispuestos a asumir nuestros errores y aprender de ellos, lo que nos hará tener más confianza y seguridad en nosotros mismos.
El camino comienza, vamos por otra ruta, nos convertimos en mejores personas para nosotros mismos y para los demás. En nuestro Gabinete podemos ayudarte con dificultades que surjan, con la consecución de metas, con la gestión emocional y con todas las diversas necesidades que puedan surgir para conseguir dejar al ego dormido y despertar una sana autoestima.
MARIA PILAR FUENTE
PSICÓLOGA