Suele ser habitual que cada año que comienza muchas personas se proponen nuevos retos, metas a alcanzar durante los próximos 365 días. Es importante ser realistas a la hora de establecer objetivos, a la vez que flexible a la hora de ir dando los pasos para conseguirlos, así evitaremos tropezar con la frustración en caso no poder alcanzarlos.
El problema radica, no tanto en los buenos deseos, en la buena voluntad de mejorar y cumplir unos propósitos adquiridos, sino en como conseguir la manera más eficaz y práctica de llegar a convertirlos en realidad. No basta querer cambiar a mejor, que no es poco, sino en saber que se debe hacer para que un buen propósito no quede en agua de borrajas,
Para no volver a verlos como propósitos año tras año, debemos hacerlos nuestros hábitos, es decir, actividades que formen parte de nuestro día a día y que difícilmente dejaremos de hacer. Es importante ser muy objetivos con nuestros propósitos, organizar las acciones que debemos tomar y planificarlas estableciendo fechas para su cumplimiento, con lo cual no solo tendrás un panorama real de lo que conlleva esa meta, sino actividades específicas para cumplirla. Además, al ir consiguiendo nuevas metas es más probable que te sientas motivado para enfrentarte a las siguientes tareas que tienes por delante.
La vida es una evolución y como tal, nuestros objetivos también evolucionan, según edades, los planteamientos pueden ser muy diferentes. En la infancia se vive el día a día sin planificación del futuro, ya hacia la adolescencia se empiezan a establecer metas, existen deseos de consecución de logros y se intentan dar los pasos necesarios para llevarlos a cabo. La juventud es el periodo por excelencia de inquietudes, toma de decisiones importantes para la vida, se busca la independencia económica, se trata de establecer la propia familia. En la madurez es normal buscar desafíos más tranquilos y al mismo tiempo metas de mayor envergadura , y ya en la vejez, nuevamente se replantean metas, asequibles, cercanas, que hagan disfrutar del día a día quitando provecho al trabajo realizado durante toda la vida.
Cuando las diversas etapas fluyen, se van dando los pasos de forma natural y es posible avanzar. Sucede que a veces uno se encuentra bloqueado, no sabe que ocurre, no entiende porque su vida no marcha, es incapaz de lograr sus metas; todo ello produce una importante frustración y desánimo, que suelen ir en aumento al ver que se dan vueltas en circulo sin encontrar una salida. Es el momento de buscar ayuda profesional que te ayude a despejar esas incógnitas que te sumen en la negatividad, de proporcionarte nuevas alternativas, de abrirte a otras posibilidades. La solución existe y te está esperando, sólo hace falta que des ese paso que te conduzca a este nuevo objetivo: tu salud.
MARIA PILAR FUENTE
PSICÓLOGA