Año tras año, aquí estamos, uniendo fuerzas entre todos los hombres y mujeres que quieren hacer de su vida y entorno un lugar saludable donde puedan manejarse dentro del respeto y mostrar su afecto hacia cualquier persona. Concretamente, la Constitución, ley de leyes, en España dice, en el Capítulo segundo. - Derechos y libertades, artículo 14: ‘Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social’.
El movimiento feminista es muy importante a la hora de defender los derechos de la mujer, a veces malinterpretado como un ataque a los derechos del hombre. Por eso es importante aclarar que para tener una sociedad más justa donde se pueda vivir en armonía, hace falta la participación de ambos, hombre y mujer, mujer y hombre. Todos somos válidos, no es necesario intentar someter a nadie para poder ser feliz; más bien al contrario, el querer subyugar a otro ser humano es un claro indicativo de debilidad, cobardía, baja autoestima, carencias, o psicopatologías varias. Una persona sana disfruta de la vida y quiere compartirlo con su entorno, especialmente con sus seres queridos, personas de cualquier edad o condición, en armonía e igualdad de condiciones.
Necesitamos ver que está fallando en la sociedad para que sigan enquistados patrones tan perversos como el abuso hacia personas, como en el caso de las mujeres, simplemente por serlo, por haber nacido con género femenino. Es necesario evolucionar y madurar como sociedad, progresar, validarnos como seres humanos, tanto hombres como mujeres, éstas para darse el valor y lugar que les corresponde simplemente por existir, y los hombres por ser personas de provecho, que se valoren lo suficiente a sí mismos para poder sentirse dignos sin tener que andar denigrando, expoliando, explotando, o perturbando a las mujeres. Un hombre maduro, seguro de sí mismo, de su valía, responsable y digno, se maneja en igualdad, puede dar y recibir, abrirse, mostrarse. Sólo desde la posición de carencia, de debilidad, de egoísmo, de carencia, desde el miedo, es donde se proyecta hacia otro ser humano estas faltas propias. Por tanto, es cuestión personal, poner cada uno un granito de arena para que la sociedad vaya dando pasos hacia delante, con el fin de poder vivir mejor el presente, pero también pensando en el futuro que vamos a dejar a nuestros descendientes, porque es doloroso ver cómo pueden sufrir situaciones que se siguen repitiendo generación tras generación. Es importante echar un vistazo a los valores que nos rigen, que sentimos, que necesitamos, qué podemos a continuación transmitir, qué consecuencia tienen nuestros actos, qué pensamos sobre determinadas situaciones. Y por supuesto, a continuación, es necesario actuar con coherencia; si algo no nos gusta, si lo desaprobamos, por qué luego lo hacemos. No tiene mucho sentido, ahí la sociedad lo refleja, que confusión, si pensamos algo, decimos otra cosa distinta y finalmente hacemos algo diferente, qué podemos esperar más que el caos, conductas disruptivas, mal trato y desamor.
Practiquemos el respeto, la tolerancia con límites sanos, la responsabilidad y libertad personal, el vivir en plenitud, permitirnos sentir y disfrutar la belleza inherente en la naturaleza y por tanto en cualquier ser humano, en su condición primigenia, tan valiosa como la de cualquiera. Disfrutemos de la vida. Nos espera en cada rincón, situación, momento, lugar, a cada instante. ¡DIGAMOS NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO!
Mª PILAR FUENTE
TERAPEUTA FAMILIAR SISTÉMICA. CLÍNICO EMDR
ESPECIALISTA EN TRAUMA Y APEGO. TERAPIA PRESENCIAL Y ONLINE.,
PSICÓLOGA COLEGIADA. REGISTRO SANITARIO C-15-003566 y C-15-003650